Señales de nuestro tiempo, a la escucha de nuevas voces y de nuevas miradas

Desde septiembre hasta diciembre de este año, un grupo de profesionales jóvenes dedicará doce horas de su tiempo a explorar los efectos de la diversidad de corrientes y perspectivas que caracterizan el pensamiento contemporáneo, a la luz de las aportaciones de algunos de los intelectuales más influyentes de nuestros días.

Poniendo en el centro de la discusión la riqueza que aporta la pluralidad de movimientos intelectuales, reconociendo las aportaciones de las ciencias sociales y asumiendo que nuevas formas de entender la realidad abren brechas en los paradigmas tradicionales, las señales de nuestro tiempo han permitido estrechar distancias y despertar la curiosidad por abrirse a la escucha, ampliar la mirada e ilusionarse por lo que ha de venir.

Moderar y estimular el debate en una segunda edición de estos talleres va a ser para el equipo de formación de Lab+Estudios una de las experiencias profesionales más gratificantes de los próximos meses: repensar nuestras ideas, prestar más atención a lo que ocurre a nuestro alrededor y reflexionar con calma (y con otros) son tareas urgentes.

Perspectivas en la dirección de los Trabajos Fin de Máster

Son ya más de tres cuatrimestres compartiendo con profesores e investigadores de la UNIR la dirección de trabajos fin de máster de alumnos del curso de posgrado en Liderazgo y Dirección de Centros Educativos (MULYDCE).

Esta tarea es una oportunidad para insistir en algunos principios fundamentales de la tarea directiva: la reflexión (+ tiempo), la personalización (+ dirección de personas)  y la propia preparación (+ formación continua).

Acompañar estos procesos de investigación aplicada no solo permite actualizar conocimientos y contrastar enfoques, sino también redescubrir el valor del liderazgo educativo entendido como un ejercicio de escucha, guía y confianza. Cada proyecto presenta una realidad concreta, una inquietud personal y una apuesta por la mejora. Esto nos recuerda que la dirección no puede ser genérica ni estandarizada: requiere propósito, sensibilidad hacia los contextos, capacidad de adaptación y una mirada estratégica orientada al bien común.

En este sentido, el trabajo con los alumnos se convierte en un diálogo profesional que enriquece a ambas partes. Por un lado, los estudiantes afinan su capacidad de análisis, síntesis y propuesta. Por otro, quienes orientamos estos trabajos tenemos la oportunidad de revisar nuestras propias prácticas, renovar marcos de referencia y seguir aprendiendo desde la experiencia compartida.

Aspirar a liderar un centro educativo hoy implica aprender siempre, pensar con otros y no perder de vista la dimensión humana de cada decisión.