Planificar para transformar

La reciente experiencia de impartir la asignatura Planificación estratégica y management de las organizaciones en el Grado en Pedagogía de UNIR, una titulación tradicionalmente centrada en los procesos de enseñanza-aprendizaje, en la orientación educativa o en la intervención socioeducativa,  introduce una perspectiva de gobernanza en la vida de los centros, que atrae cada vez a más alumnos.

Cualquier proyecto educativo se desarrolla en una estructura organizativa que hay que comprender, gestionar y, en muchos casos, transformar.

A través de la asignatura, hemos abordado conceptos como misión, visión, valores, liderazgo, toma de decisiones, dirección de personas, competencias directivas, arquitectura de procesos, gestión del cambio o evaluación institucional, siempre con un enfoque educativo y aplicando una metodología de aprendizaje basada en problemas.

La planificación estratégica, lejos de ser solo un ejercicio puramente técnico, es una herramienta para pensar en el futuro, para alinear esfuerzos y para construir comunidades educativas más coherentes y sostenibles, en las que contribuir activamente a su desarrollo y mejora.

Mi intención ha sido ofrecer a los estudiantes no solo un marco conceptual, sino también claves prácticas que puedan aplicar en contextos muy diversos: desde centros escolares hasta entidades del tercer sector, pasando por administraciones públicas o por proyectos educativos emergentes.

Homenaje a Juan Vázquez

El pasado 20 de junio, la Universidad de Oviedo acogió la presentación del libro Una pasión universitaria. Escritos en homenaje al profesor Juan A. Vázquez, con motivo de la jubilación del reputado economista y rector de esta institución académica entre 2000 y 2008. La obra, editada por el Servicio de Publicaciones de la Universidad y coordinada por Begoña Cueto y Javier Mato, profesores del Departamento de Economía Aplicada, cuenta con un total de 108 contribuciones del mundo académico, económico y social.

Agradezco al Profesor Vázquez su invitación a participar en esta empresa colectiva, con la que muestro mi admiración hacia un “universitario auténtico”. En el capítulo que he titulado Sueños de realidad he querido destacar que:

Si no somos capaces de guiarnos por las ideas, si no aportamos fundamentos racionales, alguien debe ayudar a advertir el daño. No se me ocurre otro «alguien» que no sea la universidad (…) Es crucial «cuidar» la universidad, descubrir su alma (la de la verdad y el saber), respetar su vocación de libertad y reconocerle su liderazgo intelectual, aunque a veces ella misma se olvide de esta tarea o no sepa cómo ejercerla.

Juan, ¡gracias y enhorabuena!